DONDE NACE EL PUEBLO

Apenas era un muchacho trepando de rama en rama
buscando hierva en las lomas, en la cuna de las piedras,
sin oficio aparente apenas ensillar un caballo,
trabajaba sin ningún pago pero sudando el lomo
por qué el hombre por un hambre
es capaz de ganarse un pan seco
y suele criar a la bronca más afanada que al mismo hijo.
No tenía derecho ni a ser llamado por nombre propio,
ni derecho a adiestrar al mejor amigo; el potro…
solo a tirar a los bueyes en un día soleado
y recoger el arado con los excrementos ya soldados.
No sabía que es un salario por que nadie se hizo cargo,
de dar un mísero pago por los pies quemados,
por las manos encalladas;
por los espinos incrustados…
Pero un día me dio trabajo un viejo sabio de pocas canas
ese hombre sabia tanto, que a la sabiduría ya le sentía asco.
entendí que el de arriba era igual que él de abajo,
con la sucia diferencia que el hombre se auto distingue
cree sudar agua bendita, aunque oliera a azufre,
con su brutal vanidad pierde su inocencia.
con ese invento sin razón, en miseria alimenta el ego…
Cuando me ofrecieron un puesto a lado del mismo Diablo,
fui capaz de bautizarle en nombre del Dios de los cielos,
le hice confesar sus pecados y besar la cruz de Cristo,
porque ningún ser nace malo, le hace malo la miseria,
ningún hombre es pérfido, lo hace pérfido el mismo hombre,
nadie nace pobre, solo se aferra por costumbre a la pobreza;
por eso cuando un sabido me llamo formar parte de sus filas;
le dije que al mismo Diablo le condene a ser bueno y humano;
soy capaz de inmolar el alma de cualquier zutano,
e ir demoliendo el pensamiento del más astuto tirano…
Flavio Bautista Soto