CARTA A DIOS

Señor Dios; dueño de este pervertido mundo,
día a día nos acercamos a implorarte por nuestros actos.
y aunque estamos conscientes que adoramos el pecado; 
se nos hace tan difícil reconocernos como hipócritas.
Como si nada, han prostituido vuestra obra,
Algunos infamemente dicen ser embajadores de Dios,
sin estupor han degenerado al mismo respeto,
y en sus adentros llevan un alma, llena de miseria.
Proliferaron las religiones cual mala hiera en un pasto
se idearon que castigas, si no se das dinero al verdugo,
acumularon poder aprovechando que amarte es lo más divino,
se inventaron un sinfín rostros y adoran cualquier mentira.
Se imaginaron libros y dieron el estatus de sagrados,
a conveniencia escribieron lo que a sus intereses ajustaba,
dicen que han heredado tu vocación humilde y sublime,
pero incrementaron el hambre y se allanaron a la inmundicia.
Son dueños de la verdad, de la razón y de la misma fe,
dicen ser mediadores de tu propia misericordia
se avisparon autoproclamándose monarcas eternos,
y nos impusieron tan estúpido y alevoso disparate.
Señor Dios. Enséñanos que todo esto destruye felicidad,
La vanidad, la arrogancia quebranta de raíz el amor y paz,
pero pesar todo... el pan del día; recibamos con humildad,
y aunque falte para mi boca, jamás falte a los demás...
Flavio Bautista Soto