HAY UN LUGAR PARA LOS DOS

Hay un remanso sabio que llevo adentro
Que germina en mis venas cual árboles ilesos
Hay una esencia fresca que huele a besos
Que penetra en mi alma en cada encuentro.
Hay un brillo en tus ojos cada vez que te miro
Que ilumina hasta la sobra del árbol más viejo
Hay olor a hierba, a humo, a barro añejo
Que humedecen mis labios cuando en tu boca respiro
Hay recuerdos que borran con la noche vencida
Que se quedan estériles cual un tronco partido
Hay pastos creciendo cada vez más tupida
Que puede alimentar un amor; cual virtuoso cupido.
Hay caminos juntándose lejos del olvido
Que aun llevan sueños erguidos, los tuyos y los míos
Hay luna en el ocaso, y el horizonte se quedó dormido
Que aún espera nuestro llegada; a él engreíos.
Flavio Bautista Soto